Donde no hay distinción
entre grande y pequeño, la familia es sin duda el mejor lugar de donde partir y
al cual eventualmente volvemos; renacidos, recuperados, renovados.
Necesaria siempre es la raíz para construir
alas que alcancen el vuelo genuino.
Vengo de una
familia muy grande, tengo muchos tíos (poco mas de 20) y primos; tengo muchos
hermanos también, 5 hermanos y 3 hermanas; mis padres han permanecido juntos y
afortunadamente nos tenemos y nos amamos; tengo 8 sobrinas y 7 sobrinos, todos
maravillosos (y contando), ya no tengo abuelos, pero los tuve y guardo
recuerdos de experiencias mágicas con mis abuelos maternos. Solamente no conocí
a mi abuelo paterno, él murió cuando mi padre era aún adolescente.
La familia que yo he hecho hasta ahora es
pequeña, somos mi hija y yo, pero paradójicamente es la familia más grande que
he tenido en la vida. Recuerdo que antes de ella siempre me quise ir, pero
cuando supe que vendría mi impulso fue volver y construir un espacio donde
ambas podríamos permanecer unidas.
Con ella los
mejores años de mi vida suceden, uno tras otro llenos de magia, de aprendizaje,
de crecimiento, de complejidad también pero es constructiva y es bella, de un
amor que se siente expansivo. Y aunque mentalmente aun me ausento por momentos,
ella me motiva a volver siempre nueva, fresca, llena de vida y de amor.
La mejor manera de estar es haciendo algo
bueno por alguien más, afortunada soy y agradecida estoy de tener a mi cuidado
un Ser tan hermoso como ella.
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