lunes, 5 de abril de 2010

Nadando...

Esto de pescar no es de coincidencias, no es de suerte, no es de lo inesperado… quizá se acerque más a la disposición, por experiencia aun no se a que se deba, solo me he dejado pescar por temporadas, y solo hago que pesco. Historias a medias para completarlas a solas, en la ficción, en la ausencia; bonitas historias, profundas amistades largas, y eso hasta hoy parece ser suficiente, parece ser mejor que lo que me enseñaron, mejor que esperar, mejor que la ilusión es la realidad recreada, mejor que lograr un objetivo es nadar hacia algo que aunque borroso va tomando forma, formas con el tiempo, con lo que se vive, con quien se vive uno por temporadas, por instantes, por un beso, por años.
Somos acompañantes solamente, compañeros y compañeras que no son cualquier cosa, no eres cualquier cosa, nadamos juntas, nadamos juntos, ¿Cual es la necesidad de pescar y ser pescados? eso déjaselo a lo humano, no me ronda la intención por ahora, y cuando me ha rondado los lagos se han secado.

- Una vez un pescador lanzo su anzuelo, yo lo puse en mi boca muy consciente de lo que hacía, pero no esperaba que mi fuerza al resistirme pudiese tirarlo al agua. El pescador, como solo era pescador y no pez, no sabía nadar bajo el agua y se ahogo, y yo creyendo que eso era pescar (que uno de los dos jalara al otro) nadaba jalando su cadáver con el anzuelo en la boca durante varias estaciones, las que podía vivir en un solo día.

¿Una idea no es a veces tan estúpida?, así es, ya he sido un pececito muy muy güey…

- ¿Y qué paso después?
- Que me hice un poco mas experta nadando, ¡claro!, con unos cuantos rasponcitos de mas, y mi cuerpo de pez es mas atlético que antes jaja. Pero también paso que me canse de jalar un cadáver, lo solté, nade a su alrededor un tiempo y al segundo que le sigue a ese tiempo decidí ya no mirarlo y seguir nadando.

Ahora voy nadando con peses-pescadores, contigo ahora, con ella siempre y con mas pececitos que no generen tantas expectativas del nadar acompañados. Vamos haciendo un bonito banco de peses con quienes compartirnos así, solo con lo que somos e intercambiando las formas que no caben en ningún otro lado.

Bajo el agua es que las formas se contemplan deformes, la forma cambia, todo el tiempo, bajo el agua me vez tal cual soy, y evito que mintamos, ¿qué más queremos?, mantengamos hidratada la fantasía.