miércoles, 19 de agosto de 2009

Paredes




Como la habitación que era mi guarida, y un día desafortunado, las paredes comenzaron a desplazarse hacia mí, amenazando con aplastarme.

Como tú, que también fuiste mi escondite, hasta que tus labios y tus manos se endurecieron y enfriaron tanto que te convertiste en pared.

Cómo no querías provocar a mis demonios?... si te diriges hacia mí con toda la intención de reducirme a nada.

He de aprender a no esconderme, tras paredes que se vuelvan contra mí.